Himnos de Santo Tomás de Aquino

Pange lingua

Pange lingua (latín)

Pange, lingua, gloriosi
Córporis mystérium
Sanguinísque pretiósi,
Quem in mundi prétium
Fructus ventris generósi
Rex effúdit géntium.

Nobis datus, nobis natus
Ex intácta Vírgine,
Et in mundo conversátus,
Sparso verbi sémine,
Sui moras incolátus
Miro clausit órdine.

In supremæ nocte coenæ
Recumbens cum frátribus,
Observata lege plene
Cibis in legálibus,
Cibum turbæ duodenæ
Se dat súis mánibus.

Verbum caro, panem verum
Verbo carnem éfficit,
Fitque Sanguis Christi merum,
Et, si sensus déficit,
Ad firmandum cor sincerum
Sola fides súfficit.

Tantum ergo Sacraméntum,
Venerémur cérnui:
Et antíquum documentum
Novo cedat rítui;
Præstet fides suppleméntum
Sénsuum deféctui.

Genitori Genitóque,
Laus et iubilátio;
Salus, honor, virtus quoque,
Sit et benedíctio;
Procedénti ab utróque
Compar sit laudátio.
Amen.

Canta Lengua

Canta, oh lengua,
el misterio del glorioso Cuerpo
y de la Sangre preciosa
que el Rey de las naciones
Fruto de un vientre generoso
derramó en rescate del mundo.

Nos fue dado, nos nació
de una Virgen sin mancha;
y después de pasar su vida en el mundo,
una vez propagada la semilla de su palabra,
Terminó el tiempo de su destierro
Dando una admirable disposición.

En la noche de la Última Cena,
Sentado a la mesa con sus hermanos,
Después de observar plenamente
La ley sobre la comida legal,
se da con sus propias manos
Como alimento para los doce.

El Verbo encarnado, Pan Verdadero,
lo convierte con su palabra en su Carne,
y el vino puro se convierte en la Sangre de Cristo.
Y aunque fallan los sentidos,
Solo la fe es suficiente
para fortalecer el corazón en la verdad.
Veneremos, pues,

Postrados tan grande Sacramento;
y la antigua imagen ceda el lugar
al nuevo rito;
la fe reemplace
La incapacidad de los sentidos.

Al Padre y al Hijo
sean dadas Alabanza y Gloria,
Fortaleza, Honor,
Poder y Bendición;
una Gloria igual sea dada a
aquel que de uno y de otro procede.
Amén.

Adoro Te Devote

Adoro Te Devote (latín)

Adoro te devote, latens Deitas,
Quae sub his figuris vere latitas:
Tibi se cor meum totum subiicit,
Quia te contemplans totum deficit.

Visus, tactus, gustus in te fallitur,
Sed auditu solo tuto creditur.
Credo quidquid dixit Dei Filius:
Nil hoc verbo Veritatis verius.

In cruce latebat sola Deitas,
At hic latet simul et humanitas;
Ambo tamen credens atque confitens,
Peto quod petivit latro paenitens.

Plagas, sicut Thomas, non intueor;
Deum tamen meum te confiteor.
Fac me tibi semper magis credere,
In te spem habere, te diligere.

O memoriale mortis Domini!
Panis vivus, vitam praestans homini!
Praesta meae menti de te vivere
Et te illi semper dulce sapere.

Pie pellicane, Iesu Domine,
Me immundum munda tuo sanguine.
Cuius una stilla salvum facere
Totum mundum quit ab omni scelere.

Iesu, quem velatum nunc aspicio,
Oro fiat illud quod tam sitio;
Ut te revelata cernens facie
Visu sim beatus tuae gloriae.

Amen

Te adoro con devoción

Te adoro con devoción, Dios escondido,
oculto verdaderamente bajo estas apariencias.
A Ti se somete mi corazón por completo,
y se rinde totalmente al contemplarte.

Al juzgar de Ti, se equivocan la vista, el tacto, el gusto;
pero basta el oído para creer con firmeza;
creo todo lo que ha dicho el Hijo de Dios:
nada es más verdadero que esta Palabra de verdad.

En la Cruz se escondía sólo la Divinidad,
pero aquí se esconde también la Humanidad;
sin embargo, creo y confieso ambas cosas,
y pido lo que pidió aquel ladrón arrepentido.

No veo las llagas como las vio Tomás
pero confieso que eres mi Dios:
haz que yo crea más y más en Ti,
que en Ti espere y que te ame.
¡Memorial de la muerte del Señor!

Pan vivo que das vida al hombre:
concede a mi alma que de Ti viva
y que siempre saboree tu dulzura.

Señor Jesús, Pelícano bueno,
límpiame a mí, inmundo, con tu Sangre,
de la que una sola gota puede liberar
de todos los crímenes al mundo entero.

Jesús, a quien ahora veo oculto, te ruego,
que se cumpla lo que tanto ansío:
que al mirar tu rostro cara a cara,
sea yo feliz viendo tu gloria.

Amén.

Lauda Sion, Salvatorem

Lauda Sion, Salvatorem

Lauda Sion, Salvatorem
Lauda ducem et pastorem,
In hymnis et canticis.

Quantum potes, tantum aude:
Quia major omni laude,
Nec laudare sufficiens.

Laudis thema specialis,
Panis vivus et vitalis
Hodie proponitur;
Quem in sacræ mensa cœnæ,
Turbæ fratrum duodenæ
Datum non ambigitur.

Sit laus plena, sit sonora,
Sit iūcunda, sit decora
Mentis jubilation.

Dies enim solemnis agitur,
In qua mensæ prima recolitur
Hujus institutio.

In hac mensa novi Regis,
Novum Pascha novæ legis
Phase vetus terminat.

Vetustamen novitas,
Umbram fugat veritas
Noctem lux eliminat.

Quod in cœna Christus gessit,
Faciendum hoc expressit
In sui memoriam.

Docti sacris institutis,
Panem, vinum, in salutis,
Consecramus hostiam.

Dogma datur Christianis,
Quod in carnem transit panis,
Et vinum in sanguinem.

Quod non capis, quod non vides,
Animosa firmat fides,
Præter rerum ordinem.

Sub diversis speciebus,
Signis tantum, et non rebus,
Latent res eximiæ.

Caro cibus, sanguis potus,
Manet tamen Christus totus
Sub utraque specie.

A sumente non concisus,
Non confractus, non divisus,
Integer accipitur.

Sumit unus, sumunt mille,
Quantum isti, tantum ille,
Nec sumptus consumitur.

Sumunt boni, sumunt mali:
Sorte tamen inæquali,
Vitæ vel interitus.

Mors est malis, vita bonis;
Vide paris sumptionis,
Quam sit dispar exitus.

Fracto demum Sacramento,
Ne vacilles, sed memento
Tantum esse sub fragmento
Quantum toto tegitur.

Nulla rei fit scissura,
Signi tantum fit fractura;
Qua nec status nec statura
Signati minuitur.

Ecce Panis Angelorum,
Factus cibus viatorum,
Vere panis filiorum,
Non mittendus canibus.

In figures præsignatur
Cum Isaac immolator,
Agnus Paschæ deputatur,
Datur manna patribus.

Bone Pastor, panis vere,
Jesu, nostri miserere.
Tu nos pasce, nos tuere,
Tu nos bona fac videre
In terra viventium.

Tu qui cuncta scis et vales,
Qui nos pascis hic mortales,
Tuos ibi commensales,
Cohæredes et sodales
Fac santorum civium.

Amen. Alleluia.

Alaba, Sión, a tu Salvador

Alaba, Sión, a tu Salvador;
alaba a tu guía y pastor
con himnos y cánticos.

Pregona su gloria cuanto puedas,
porque Él está sobre toda alabanza,
y jamás podrás alabarle lo bastante.

El motivo especial de nuestros loores
que hoy se te propone
es el pan vivo y que da vida.

Es el mismo, no lo dudes,
que aquel que en la Santa Cena a los Doce se entregó.

Sea plena la alabanza, armoniosa,
sea alegre y fervoroso
el gozo del corazón.

Pues celebramos el solemne día
en que fue instituido
este divino banquete.

En esta mesa del nuevo rey,
la pascua nueva de la nueva ley
pone fin a la pascua antigua.

Lo nuevo sustituye lo antiguo,
la verdad ahuyenta las sombras,
y la luz destierra a las tinieblas.

Lo que Jesucristo hizo en la cena,
nos mandó a hacer
en memoria suya.

Instruidos con sus santos mandatos,
consagramos el pan y el vino,
en sacrificio de salvación.

Es dogma que se da a los cristianos,
que el pan se convierte en carne,
y el vino en sangre.

Lo que no comprendes y no ves,
una fe viva lo atestigua,
fuera de todo el orden de la naturaleza.

Bajo diversas especias,
que son signos y no cosas,
están ocultos los dones más preciados.

Su carne es alimento y su sangre bebida;
mas Cristo está todo entero
bajo cada especie.

Quien lo recibe no lo rompe,
no lo quebranta ni lo desmembra;
recíbese todo entero.

Recíbelo uno, recíbenlo mil;
y aquél lo toma tanto como éstos,
pues no se consume al ser tomado.

Recíbenlo buenos y malos;
mas con suerte desigual
de vida o de muerte.

Es muerte para los malos y vida para los buenos;
mira cómo un mismo alimento
produce efectos tan diversos.

Cuando se divida el Sacramento,
no vaciles, sino recuerda
que Jesucristo tan entero está en cada parte
como antes en el todo.

No se parte la sustancia,
solo el signo se fracciona;
ni el ser ni el tamaño se reducen
de Cristo presente.

He aquí el pan de los ángeles,
hecho viático nuestro;
verdadero pan de los hijos,
no lo echemos a los perros.

Figuras lo representaron
Isaac fue sacrificado;
el cordero pascual, inmolado;
el maná nutrió a nuestros padres.

Buen pastor, pan verdadero,
¡oh Jesús!, ten piedad.
Apaciéntanos y protégenos;
haz que veamos los bienes
en la tierra de los vivientes.

Tú, que todo lo sabes y puedes,
que nos apacientas aquí siendo aún mortales,
haznos allí tus comensales,
coherederos y compañeros
de los ciudadanos santos.

Amén.

 

Verbum Supernum Prodiens

Verbum Supernum Prodiens

Verbum supernum prodiens
Nec Patris linquens dexteram,
Ad opus suum exiens
Venit ad vitae vesperam.

In mortem a discipulo
Suis tradendus æmulis,
Prius in vitæ ferculo
Se tradidit discipulis.

Quibus sub bina specie
Carnem dedit et sanguinem;
Ut duplicis substantiæ
Totum cibaret hominem.

Se nascens dedit socium,
Convescens in edulium,
Se moriens in pretium,
Se regnans dat in præmium.

O salutaris hostia,
Quæ cæli pandis ostium,
Bella premunt hostilia;
Da robur, fer auxilium.

Uni trinoque Domino
Sit sempiterna gloria:
Qui vitam sine termino
Nobis donet in patria.

Amen.

Verbo que baja de lo alto

El Verbo que viene desde lo alto
y que no abandona la derecha del Padre,
que sale a (realizar) su obra,
ha venido al atardecer de la vida.

Quien por su discípulo a la muerte
sería entregado a sus enemigos.
Antes como comida de vida,
se entregó a los discípulos.

A ellos, bajo doble especie
dio (su) carne y sangre
para que en esta doble sustancia
se alimentara todo el hombre.

Al nacer se entregó como compañero,
al comer (se entregó) como alimento;
al morir (se entregó) cual precio;
al reinar se da como premio.

Oh, salvadora hostia
que abres la puerta del cielo,
Guerras implacables (nos) oprimen:
da(nos) fuerza, danos auxilio.

Al Señor Uno y Trino
sea gloria eterna.
Que una vida sin término
nos regale en la patria.

Amén

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